EXTRAÑA PERO TIERNA CRIATURA.
Esta historia comienza cuando Alice, una niña de doce años, viaja al campo con sus padres, lugar de nacimiento de su madre y el cual no visitaban hace aproximadamente tres años por cuestiones laborales.
A esta familia
les encanta vacacionar juntos y en varios lugares, pero sobre todo les gustaba
mucho viajar al campo, ya que se reencontraban con la familia y además porque
en aquel lugar había mucha tranquilidad, al contrario de la ciudad que carecía
de ella.
A la niña,
también le encanta ir allí, reencontrarse con primos y primas y jugar por
horas, correr y correr por todos lados, sus tíos y abuelos tenían huertas donde
por las tardes iban a sacar higos y duraznos de los árboles y los comían, y
hasta una granja donde cuidaban de animalitos, muchas veces iba a observar a
los caballos y quedaba detenidamente viendo cuál era su comportamiento.
Un día, sus
padres le dijeron que el plan del día sería ir a hacer una expedición por otros
pueblos de aquel campo, la niña muy curiosa estaba contenta por esa actividad.
Visitaron varios lugares, que estaban bastante alejados de donde vivían los
familiares, y como habían viajado por largas horas comenzó a hacerse de noche,
así que decidieron acostarse para seguir al otro día con la caminata.
Por la noche, la
niña se despertó y percibió que había una criatura extraña que los observaba
mientras ella y sus padres dormían.
Pensó:
-Seguramente estoy soñando, o estoy muy dormida y por eso estoy imaginando esa
figura. -
Pero aquella
criatura no tardó en moverse hacia ella. Dió un grito que asustó y despertó a
sus padres, quienes también ahora veían a aquella criatura extraña.
Padre: - ¡Manténganse
atrás de mí, que las protegeré de esta horrenda criatura! – Gritaba el padre
mientras agarraba una larga rama del piso.
La niña: ¡No le
hagas nada papá! - ¿Si también nos tiene miedo?
Al ver que la
criatura no les hacía daño, se tranquilizaron y trataron de acercarse a ella. Y
fueron observándola poco a poco, era una especie de oso de tamaño mediano,
peludo y con orejas como la de los duendes. Al parecer no tenía maldad. Sacaron
de una de las mochilas, alimento que habían llevado para su expedición y le
dieron a esta criatura que rápidamente no dudo en comerlo de un bocado.
A la mañana
siguiente, despertaron todos, eran cuatro ahora, y decidieron llevar a la
criatura con ellos hacia el campo donde estaban. Cuando llegaron, sus
familiares se asustaron mucho, y no querían que ingresen al territorio con este
peludo que tenía unas garras muy grandes, pero lograrlos convencerlos también,
de que no había maldad en él.
Al final, todos
se encariñaron, dejaron que se quedara allí y fuera criado como el resto de los
animales del campo, le pusieron el nombre de “Amun” y lo criaron como a uno más
de la familia. Y en cuanto a Alice y sus padres, que ya había cumplido con sus
días pactados de vacaciones y debían volver a la gran ciudad y a sus
actividades usuales, se despidieron, agradeciendo por los días compartidos y
por además hacer parte de la familia a Anum. Y prometieron volver el próximo
año a visitarlos nuevamente.
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